El mundo al revés - de la serie los P.P.A. -2003 - 85 x 120 cm. |
Cristo hoy I - 2002 - Lápiz y aguada - 60 x 90 cm. |
Cristo hoy II - 2002 - Lápiz y aguada - 60 x 90 cm. |
Dia de lluvia - 2003 - de la serie los P.P.A. - 105 x 95 cm. |
Cielito lindo - 2004 - pastel y lápiz carbón - 165 x 130 |
Encuentros - 2002 - Tinta - 50 x 65 cm. |
Amores Latinos - Tinta |
Hombre tatuado - 2002 - Tinta - 55 x 75 cm. |
La Gran Marcha - 2004 - Tinta y transfer - 105 x 200 cm. |
La Pequeña cruz - 2003 - Lápiz - 100 x 70 cm. |
La gran cruz - 2003 - Acrílico y Tinta - 165 x 125 cm. |
Los hombres-guia - 2004 - Tinta - 140 x 130 cm. |
Los reunidos - 2002 - pastel y tinta - 120 x 140 |
El dedo del patriarca - 2004 - Acílico y Tinta - 130 x 160 cm. |
El Pensador en paisaje urbano - 2005 - Tinta y acrílico - 130 x 165 cm. |
Los unos y los otros - 2003 - de la serie los P.P.A. - acrílico - 90 x 105 cm. |
Vamos todavía I - 2002 - pastel y lápiz carbón - 125 x 155 |
Nocturno - 2003 - de la serie los P.P.A. - Esgrafiado - 85 x 120 cm. |
Sombras nada mas - 2003 - Acrílico- de la serie los P.P.A. - 120 x 95 cm. |
Vamos todavía II - 2002 - pastel y lápiz carbón - 125 x 155 |
Añadir leyenda |
Otro dia de lluvia - 2003 - Lápiz - de la serie los P.P.A. - 70 x 100 cm. |
EL MAGO o EL QUE DEPOSITÓ DOLARES RECIBIRÁ DOLARES - Historieta - Tinta - 2005 - 77 x 100 cm. |
El mago - Parte 1 - 2005 - 33 x 24 cm. |
El mago - Parte 2 - 2005 - 33 x 24 cm. |
El mago - Parte 3 - 2005 - 33 x 24 cm. |
El mago - Parte 4 - 2005 - 33 x 24 cm. |
El mago - Parte 5 - 2005 - 33 x 24 cm. |
El mago - Parte 6 - 2005 - 33 x 24 cm. |
El mago - Parte 7 - 2005 - 33 x 24 cm. |
El mago - Parte 8 - 2005 - 33 x 24 cm. |
El mago - Parte 9 - 2005 - 33 x 24 cm. |
Ilustración para El Quijote I - Tinta - 2005 |
Ilustración para El Quijote II - Tinta - 2005 |
Ilustración para El Quijote III - Tinta - 2005 |
Ilustración para El Quijote IV - Tinta - 2005 |
Brunelda visita a Gregorio Samsa - 2005 - Tinta - 41 x 29 cm. |
Prólogo del Libro "Brunelda" , historieta experimental en base al capítulo VII "Un asilo" de "ÁMERICA" de Franz Kafka.
PRAGA – BUENOS AIRES
Elba Pérez / 2005
Hay mucho de quijotesco en el empeño
recurrente de Raúl Ponce obstinado
en fusionar en el formato de la historieta
su condición de dibujante y de lector
contumaz. Antes se acercó a textos de Alejo
Carpentier, Miguel Ángel Asturias
y Gabriel García Márquez. Hoy conocemos su
versión de América de Franz Kafka
que trazó casi al mismo tiempo que El
recurso del método del cubano Carpentier.
Permaneció inédito por años pero conserva
intacta la tensión y frescura del momento
original. Se diría que la vigencia de la
creación kafkiana se proyectó, por efecto
empático, a las nerviosas grafías del
artista argentino.
Ponce no pretende ilustrar o glosar el texto prestigioso. Pero aspira a metas más
ambiciosas. Pretende-nada menos-
interpretar y recrear plásticamente a Kafka.
Y compartir
meditaciones y gráfica con el público masivo del lector de historietas.
En ese sector desatendido, y subestimado con frecuencia por los artistas, editores
y la crítica de arte que los ignora.
Ponce se postula como mediador que repare
estas desencuentros. Asume el
compromiso desde la óptica del “historietista experimental “ en el que
conjuga
sus convicciones de hombre y de artista
comprometido con su tiempo y circunstancias.
No es casual la elección del texto de Kafka
.De América eligió un capítulo (Un asilo)
que resume
los insolubles dilemas que afronta Karl Rossmann, el protagonista.
La lectura de Ponce atraviesa la densidad
conceptual y la textura
incisiva y diáfana del texto. Esta saeta
disparada por la pluma traza y revela
–negro sobre blanco- la tensión creadora que Raúl Ponce comparte con el
escritor checo.
Cada cuadro obtura una situación oclusiva
que se reiterará, cíclicamente, con
variantes de creciente asfixia existencial. Es
sólito establecer analogías entre el
pensamiento premonitorio de Kafka y las peripecias históricas de los argentinos
del siglo XX. La creación de Kafka y la
realidad vernácula comparten atmósferas
enrarecidas, inútiles emprendimientos,
ambiguos protagonistas y circunstancias
que oscilan entre la tragedia y el
grotesco. Circula entre nosotros un dicho que
afirma que de haber sido argentino Franz
Kafka habría sido un escritor costumbrista.
La elección
y la relectura plástica de Ponce confirman tácitamente
el acierto de
la afirmación anónima.
Raúl Ponce se hace cargo de tantas
responsabilidades desde la complejidad
creadora
del artista plástico que, en la ocasión,
asume el papel de historietista experimental.
La postura le exige seleccionar, escoger
diálogos significativos interpretándolos
desde el
lenguaje gráfico que en Ponce se crispa en línea dinámica, claroscuros
generados por el cruce de la miríada de
grafismos o del juego del blanco del
papel y la incisión definitoria,
inapelable, del grafismo en tinta negra.
Los cánones del lenguaje de la historieta
se respetan en la versión de América
operada por Raúl Ponce. Establecen
también líneas divergentes de la norma
gráfica que concurren a la acentuación de
los contenidos expresivos. Habrá que señalar
que el humor de Kafka se recarga, en la
lectura de Ponce, de intensidades sofocantes,
que convierten en laberintos insalvables
las peripecias dramáticas de la imago
mundi
implícita en la metáfora que Kafka plantea
en América
Muchos años transcurrieron entre la obra de Kafka, su interpretación por
un
artista argentino y la edición que pone
ambas poéticas al acceso menos
irrestricto del usual al lector o concurrente a las galerías de arte. La ética
del proyecto de Ponce, la belleza de su
logro plástico no compensará las
injusticias más bíblicas que kafkianas que
laten en América de Franz Kafka
El discurso gráfico de Raúl Ponce prohíja
el desacato artístico y conceptual
ante los destinos supuestamente manifiestos que atan la condición humana
al sometimiento o la desdicha por decreto
de cualquier abusivo designio
divino, humano o político.
Estos contenidos gravitan sobre Brunelda,
ése capítulo que prefigura la
encerrona existencial de los argentinos que
Raúl Ponce desovilla con
la tensa elocuencia de su línea, voz y evidencia
de postura humanista.
El baño de Brunelda - 2005 - Esgrafiado - 41 x 29 cm. |
Brunelda y Kafka - - 2005 - Tinta - 41 x 29 cm. |
El largo adios - 2005 - Esgrafiado - 41 x 29 cm. |
La Mudanza de Brunelda - 2005 - Esgrafiado - 29 x 45 cm. |
La joven Brunelda - 2006 - Esgrafiado - 35 x 35 cm. |
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