Todo comenzó como un juego. A fines de 1999 descubrí la computadora u ordenador, interesándome en lo que podría lograr con los programas de edición digital, especialmente, el popular photoshop. Me dediqué con ahínco a investigar sus posibilidades, teniendo en claro que debía utilizar a la máquina con sus posibilidades técnicas sin renegar de mi imagen, sino por el contrario, enriquecer a esta, utilizando lo que la tecnología podía brindarme.
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| Las sogas - 2000 - Digital - 130 x 260 cm. |
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| Las Sogas - detalle I - 2000 - Digital |
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| Las Sogas - detalle II - 2000 - Digital |
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| Las Sogas - detalle III - 2000 - Digital |
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| Las Sogas - detalle IV - 2000 - Digital |
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| Las Sogas - detalle V - 2000 - Digital |
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| Las Sogas - detalle VI - 2000 - Digital |
IMAGENES DIGITALES /
RAUL PONCE
Por
Adriana Laurenzi
Cuando pensamos en arte
digital, pensamos en un lenguaje geométrico, frío, donde la mano del artista ha
desaparecido.
Las "imágenes
digitales" presentadas en el Centro Cultural Recoleta revierten estos
preconceptos y abren un nuevo camino donde el procesador se convierte en un
instrumento capaz de ofrecer medios expresivos al expresionismo antropomorfo de Raúl Ponce. Este artista formado en el dibujo nos hace repensar las
posibilidades que la máquina brinda a quien la usa como un medio capaz de
dibujar la condición humana de nuestra época. Una época de increíbles adelantos
científicos, entre ellos la técnica digital, pero también de agudas contradicciones
y miserias.
La máquina ha modificado
nuestra existencia, las relaciones humanas, el espacio y el tiempo. El concepto
de modernidad está ligado a la idea del progreso tecnológico, acentuándose con
la informática, como si ésta hubiera alcanzado autonomía y pudiera ocupar el
lugar del hombre.
En el campo artístico, el
llamado *arte digital*, parecería cerrarse en un ámbito técnico, olvidándose
que es un instrumento que está al servicio de aquello que ni la más sofisticada
máquina puede reemplazar, el factor humano. La máquina funciona, realiza un
trabajo, produce, pero todo trabajo, toda función, está en función de un fin y
tiene un objetivo.
Pero frente al ritmo
autómata de la función, alguien se pregunta para qué, hacia dónde va el orden.
Quien se lo pregunta es el artista y nos devuelve su respuesta en una imagen,
que bien puede ser digital, manual, al óleo o con chorro de tinta. La obra de
*Raúl Ponce* en “Imágenes Digitales*” revierte toda idea preconcebida sobre
este medio y ratifica que la expresión humana, sensible, cargada de dolor, de
magia, de encanto, de ironía, puede grabarse en el firmamento, en la arena de
la playa o en la computadora; pero la esencia que nos permite descifrar la existencia
es la mirada única, distinta y a la vez siempre atenta del artista. Podemos
definir a Ponce como un dibujante que hace honor a la rica tradición de los
grandes maestros que desde Lajos Szalay hasta Carlos Alonso han narrado en sus
imágenes nuestra historia; con deformaciones expresionistas han definido los
perfiles de nuestra identidad.
"Juegos
Digitales"
Los chicos aprenden a
manejar la computadora porque forma parte de sus juegos; además de la natural
destreza psicofísica, se activa una capacidad esencial para el desarrollo de la
creatividad, la imaginación.
Desde los primeros ensayos
sobre la estética, la imaginación es considerada la facultad fundamental que
interviene tanto en la creación artística como en su percepción. Así para Kant
en su Crítica del Juicio, la imaginación permite unir en el hombre la
experiencia con la razón.
"Juegos Digitales"
consta de 20 obras de pequeño formato en las que el carácter aleatorio del
juego se fusiona a la búsqueda, al ensayo, al descubrimiento en el marco de libertad
al que lo lúdico dispone.
Ponce incorpora el color y
la textura "escaneando" bolsas de arpillera, tejidos de lana y
piedras que ganan fuerza con la luz de la pantalla, colores generalmente
ausentes en sus dibujos en tinta o lápiz, sus técnicas más usadas.
"Subidos,
I, II, III"
Como en un Brueghel moderno,
los hombres son "tipos" y se mueven impelidos por un impulso ciego.
Ponce pone al desnudo la
condición humana a la que está sometido el hombre, a la privación de la
conciencia sobre la acción, a la condición de masificación, donde todos marchan
según un rumbo predeterminado.
Agrupados en apretadas
"colas", marchan juntos pero aislados. Imagen que sintetiza la vida
en las grandes ciudades como Buenos Aires.
La escalera parece ser un
lei motiv a partir de la cual se ordenan los grupos de figuras humanas. Esta se
convierte en una estructura siniestra que impone una acción. Aferrados a ella
como única salvación, todos se abocan a la ciega tarea de ascender
indefinidamente.
El anonimato de estos
humanoides puede evocarnos a los resucitados de los tímpanos románicos, pero la
pequeñez de la humanidad era redimida por la figura de Cristo-Juez que otorgaba
certezas al desamparo de la existencia en la tierra.
"Subidos, I, II y
III" son tres obras relacionadas a la manera de un tríptico renacentista,
se conserva en ellas algo del espíritu religioso.
En el panel central, preside
la acción una figura cuyo tamaño no es mayor a las otras, sólo identificable en
su calidad de director por una batuta en su mano derecha.
La crisis religiosa del
siglo XVI, llevó a Miguel Ángel a pintar un Juicio Universal donde la humanidad
entera mira aterrorizada el gesto de condena del Cristo-Juez; en la cabecera de
la Capilla Sixtina no hay bienaventurados que posean la certeza de un descanso
en el paraíso.
En "Subidos I, II y
II" los hombres se encuentran en desventaja con respecto a sus antepasados
porque han perdido a Dios, en su lugar encontramos a un equilibrista, del mismo
porte que el resto y ocupando un inestable lugar en la cima de una pirámide
humana.
La falta de valores, la
evaporación del sentido, es el problema del nihilismo moderno.
Octavio Paz dice respecto a
la modernidad en la escritura: "Pero el verdadero nihilista, como lo vio
con mayor realismo Dostoievski, no danza ni ríe: va de aquí para allá
-alrededor de su cuarto, si es igual para él, alrededor del mundo- sin poder
jamás descansar pero también sin poder jamás hacer nada. Está condenado a dar vueltas,
hablando con sus fantasmas."
Esta misma alineación,
pérdida de sentido, de individualidad, se configura en el universo cósmico de
*Raúl Ponce*, tanto más simbólico como cercano a nuestra propia condición
humana.
Buenos Aires / 2001
Presentación del Catálogo de la muestra
"Imagénes Digitales" realizada
en el Centro Cultural Recoleta
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| ¡Ay, Patria mía! - 2001 - Digital - 88 x 63 cm. |
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| Clasificados - 2001 - Digital - 88 x 63 cm.yenda |
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| Subidos I, II, y III - 2001 - Digital - 170 x 120 cm. |
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| Uno = dos - 2001 - Digital - 88 x 63 cm. |
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| ADIOS NONINO- Digital- 140 x 110 cm. |
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| Cartoneros- Digital- 110 x 110 cm. |
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| La escalera -2003- Digital - 88 - 63 cm. |
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| Ascenso y / o descenso - 2006 - Digital - 150 x 56 cm. |
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| Gente y mas gente - Digital - 2004 - 110 x 110 cm. |
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| Amigas- 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| El hombre carne - 2003 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Para regalo - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Hombre sobre fondo circular - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Rostro encerrado - 2000 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| caballos - 2000 - Digital - 25 x 35 cm |
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| Hombre lineal encerrado - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Hombre sobre arcoiris circular - 2001 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| Las cuevas I - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Las cuevas II- 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Los amigos - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Manos mágicas - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Maternidad - 2001 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| Muchacho de sombrero - 2000 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| Muchacho en diario azul - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Muchacho en diario sepia - 2000 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| Retrato de pareja - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Reunión - 2000 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| Reunión de Notables - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Rostro amuleto - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Rostro azul- 2002 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| Rostro paleta - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Rostro plastilina - 2002 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Trapo niño- 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Trepaditos I- 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Trepaditos II- 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Trepaditos III- 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Hombre ensacado I - 2002 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Hombre paleta II - 2003 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| siganme II - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Buenos Muchachos I - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Buenos Muchachos II - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Buenos Muchachos I - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Nuevas Cuevas - 2004 - Digital - 35 x 25 cm. |
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| Dos en uno - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| El Supremo - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| El hombre pescado - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| En el bar - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Hombre cubierto - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Hombre ensacado II- 2002 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Hombre lineal encerrado - 2001 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Rostro de gaza y piedra I - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Rostro de gaza y piedra II - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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| Bésame mucho - 2000 - Digital - 78 x 70 cm. |
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| Escalera - 2001 - Digital - 66 x 46 cm. |
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| Para regalo - 2000 - Digital - 35 x 25 cm |
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